lunes, 25 de junio de 2007

El respiro

Y ella amanecía contando las veces que había visto esa cara, en realidad, solo la había imaginado, pero era vista, era su misma cara reflejada en el frío espejo, su imagen completa, estaba con la sangre caliente, y pensaba como era posible que las estrellas no se rompieran, que como es posible que ella no se refleje en los quietos mares de sus lagrimas, y ella meditaba que la soledad era lo bastante amplia como para acompañarla toda su vida, el también pensaba, pensaba en lo partido que estaba su corazón, pensaba en lo increíble que es la desdicha, en que su soledad no es mas que ganas de no verse a si mismo, ganas de desaparecerse y no sentirse, pero si sentirla a ella que ya estaba helada, que llevaba varios días de suplica, se da cuenta, ya los ojos no le brillan, a el tampoco, no le brillaban desde que nació, mas bien desde que asesinó a su parte, los ojos brillan por algo, algo bueno, yo no tengo por que tener brillo en los ojos, eso el y ella lo pensaban, era su triste afirmación ¿ya nadie tiene brillo en los ojos?, sus respiros se volvían cada vez mas cálidos, cada vez mas lentos, cada vez mas tiernos, ya cada vez mas muertos, estos no se tocaban, estos no eran los que salvarían su respiro, ni sus caricias que ya no existen, que sus blancas manos se volvían hacia su lánguido cuello, el no respondía al llamado, no escuchaba ni su respiración, ya no la tenia ¿quien escucha su respiración?, ¡no se puede respirar!, ella abre el pecho en un llanto que los muros soltaron lagrimas de sal, el, que ya sus pies eran transparentes, a las venas, a sus huesos, a sus músculos, y ella, que había abierto su pequeño pecho, sus senos estaban separados por el aire, y el comenzaba a rezar, pensaba que los gusanos no se lo comerían, el no quería ser desayuno, almuerzo, cena, el no quería ser, ella continuaba llorando, los muros soltaban lagrimas y la noche continuaba girando, el ya no estaba, solo quedaba un resto de su respiración, ella volvía a estar cómoda, dejaba de llorar, sentía su piel carcomida, la oscuridad se vuelve claustrofobia. La respiración de los insectos se hacia mas fuerte, mas presente, y convertía la soledad en noche y la noche a oscuridad y oscuridad a claustrofobia la claustrofobia a ella, y ella no escuchaba su respiración y su respiración hace tiempo que no escuchaba a nadie.

2 comentarios:

Daniela C. dijo...

Amor, eso si es Reload

Maricarmen-/-canella dijo...

Es bueno el tema de la soledad, siempre es inspirador. La relación de la soledad con la muerte me pareció interesante. Se avanza fácilmente, se lee rápido y trasmite mucho.